A partir de nanopartículas de oro, un equipo internacional de investigadores logró diseñar un método que detecta fibras amiloides, estructuras asociadas a neurodegenerativas como el alzheimer o el parkinson.
La novedad de este método está en localizar las fibras en pequeñas cantidades y en etapas muy tempranas de su formación. Según los responsables de este descubrimiento abre la puerta a nuevas fórmulas de diagnóstico para enfermedades priónicas, párkinson o alzheimer.
El Centro de Investigación Cooperativa en Biomateriales (CIC biomaGUNE), Centro de investigación Cooperativa en Biociencias (CIC bioGUNE). Universidad de Extremadura, Universidad de Vigo y la belga Universidad de Amberes. Son los firmantes en el artículo publicado en la revista PNAS.
La descripción del método se encuentra en la revista científica PNAS. Las fibras amiloides son estructuras formadas por proteínas mal plegadas.Para que las proteínas puedan llevar a cabo sus funciones tienen que plegarse para construir después su correcta forma tridimensional; si no lo hacen dejarán de realizar su función.
Las proteínas mal plegadas se acumulan en las células formando unas estructuras macroscópicas, los depósitos de proteínas agregadas, asociados al alzhéimer o al párkinson.
Las fibras amiloides son un tipo de estos agregados de proteínas y ocasionan muerte neuronal. Luis Liz Marzán, director del CIC biomaGUNE y coordinador de esta investigación, declaró ante EFE la importancia de detectar las enfermedades en fase temprana.
Por eso esta nueva metodología es tan importante. Se trata de la combinación de nanopartículas de oro y luz, probado primero en ‘in vitro’ y luego aplicado en muestras de pacientes fallecidos, obtenidas de bancos de muestras.
En los experimentos ‘in vitro’, se prepararon muestras biológicas diseñadas para obtener fibras amiloides y luego se añadieron las nanopartículas de oro para que se adhirieran a las fibras, siguiendo su forma helicoidal.
Que las nanopartículas sigan la forma helicoidal de las fibras es la clave. Así, localizarlas con la luz por medio de una técnica espectroscópica, detalla Liz Marzán.
Esta nueva metodología servirá para conocer mejor el proceso de formación de estas fibras, pero también podrían ser útiles como método de diagnóstico.
Estas fibras ocasionan daño solo en el cerebro. Aunque se cree que se acumulan en otros órganos cuando existen enfermedades como párkinson, alzhéimer o huntington, «por lo que se puede pensar en un sistema de análisis que ayude a complementar las pruebas existentes para este tipo de enfermedades», concluye Liz Marzán.
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