Donald Trump no es ningún nuevo en los negocios, de hecho, es bien conocido en los Estados Unidos por sus habilidades en el mercado. Es por esto que ha sorprendido a muchos con su decisión de tomar una vía intermedia entre el libre comercio y la regulación oficial. Esta vez ha sido el turno para el presidente de los Estados Unidos de reunirse con la industria farmacéutica, bien conocida por sus costos exorbitantes, tanto en ese país como en todo el mundo. Se temía que de esta reunión salieran regulaciones arbitrarias de parte del gobierno que obligaran a las empresas a bajar drásticamente sus precios; pero como en reuniones anteriores, no fue el caso. En su lugar, Trump solicitó a las empresas bajar precios de los medicamentos en USA de forma amigable.
A esto le llamó negociación, y es claro que lo utiliza para mantener las paces con ambos extremos, tanto el de los proveedores de medicinas, como el de los consumidores cuyos bolsillos son bastante golpeados por los precios de los medicamentos. Si bien se sabe que las medicinas ayudan a muchas personas alrededor del mundo, también se sabe que es una de las empresas que tiene más margen de ganancias más alto entre los precios de producción-distribución; por ejemplo, para el 2013, Pfizer, una de las farmacéuticas más famosas del mundo, llegaban a un margen de ganancias de 42%, es decir, ganaban casi la mitad más de lo que les costaba producir un medicamento.Esto trae como consecuencia que mucho del presupuesto de las familias sudamericanas, por ejemplo, sea gastado en medicinas, y es por esto que muchos países de esas regiones tomen como decisión controles de precios a la hora de la venta de medicamentos.
Sin embargo, las empresas farmacéuticas se oponen a esto, expresando que al impedir que el lucro sea tal, se estarían sacrificando desarrollos científicos importantes; es decir, que el margen de ganancia no es tal para hacer millonario a los propietarios, sino que se utiliza para emprender nuevas investigaciones y de esa forma producir nuevas medicinas; que llevarían a nuevas ganancias, y así prosigue el ciclo sin fin.
Volviendo a las decisiones de Donald Trump en cuanto a negociaciones, si bien podría verse como amigable para las empresas que ellos decidan cómo disminuir los precios de los medicamentos en USA para que se les ofrezcan disminuciones también en los impuestos; es ineficiente para el resto de la población. Según expertos, esto podría generar que las empresas bajen la calidad de sus medicinas y a cambio de esto hagan grandes rebajas en el mercado.
Al mismo tiempo, esto podría generar un comportamiento anómalo en el mercado llamado concertación de precios; esto significa que los cambios en los precios podría fluctuar de forma que genera ganancias extraordinarias a los productores y perjudica a los consumidores como ocurrió en el Perú hace un año, cuando el Instituto Nacional de Defensa de la Competencia y de la Protección de la Propiedad Intelectual (Indecopi) sancionó a las farmacéuticas más grandes del país por aproximadamente 9 millones de soles por esta mala practica.
Esto trajo como resultado que el gobierno peruano ideara una regulación de precios, por lo cual surgieron nuevas demandas. En este sentido, la idea es proteger al consumidor de gastos absolutamente innecesarios por productos que necesita.
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