Imagine esto: necesita tomar sus medicamentos, pero su enfermedad es tan rara que el medicamento requerido es extremadamente costoso, y no está ampliamente disponible para usted. O tal vez tenga que viajar, y el medicamento que necesita no puede enviarse fácilmente hasta usted. ¿Podría la impresión tridimensional ofrecer una solución? ¿Podría una mini fábrica local de impresión en 3D hacer medicina para usted? Conozcamos un poco más.
La impresión en 3D, que crea capas de materiales para imprimir un producto, está dejando su huella en el mundo de los dispositivos médicos, abriendo nuevas formas de hacer implantes y estructuras biocompatibles.
El uso de la tecnología moderna para fabricar medicamentos, sigue siendo un nicho, pero el interés está ahí. Un medicamento impreso en 3D, ha sido aprobado por la Administración de Alimentos y Medicamentos de los Estados Unidos, o FDA en sus siglas en inglés, y los investigadores están empezando a valorar el potencial de la impresión 3D de equipos de bajo costo para fabricar los químicos necesarios, que se requieran para elaborar las drogas.
Impresión en 3D un desarrollo prominente
Un investigador sin escasez de ambición en esta área, es El profesor y catedrático de Química de la Universidad de Glasgow, Lee Cronin. Él ha combinado sus intereses en programación de computadoras y química para crear ‘kits’ imprimibles en 3D, que guíen la síntesis de sustancias químicas específicas, es decir, crear medicamentos.
«Hemos desarrollado una mini fábrica de plástico impresa en 3D», dice Cronin, «Todos los contenedores están colocados de esa manera en este bloque de plástico que, cuando se inyectan productos químicos, no pueden hacer otra cosa que reaccionar y darles la droga que desean».
En la práctica, descarga el plano digital que es específico para el producto químico que desea hacer, luego, utiliza una impresora de 3D para hacer el «reactware» . Posteriormente, agrega todos los ingredientes en el orden prescrito. De igual forma él detalló que: «es una versión química de hacer una silla Ikea «.
Cronin ha estado desarrollando la idea durante varios años, y el mes pasado su laboratorio publicó detalles en la revista Science sobre prototipos para fabricar los ingredientes activos de diferentes medicamentos.
Química ágil
En cambio, Cronin considera que las mini fábricas son útiles para los químicos de los laboratorios que desean fabricar compuestos químicos de forma rápida y económica, o que desean experimentar con la fabricación de nuevos compuestos. «Se necesita mucho trabajo duro de la construcción de productos químicos. Esto significa que pueden dedicarse a la ciencia, y buscar nuevas drogas. También sirven para hacer rápidamente moléculas trazadoras y así seguir las cosas en el cuerpo», señaló.
Reconoce que su enfoque de «imprimir y hacer» atrae el escepticismo, sobre todo, debido a los problemas que hay en materia de regulación. Esto es parte del potencial que hay para su uso indebido, y la imperante necesidad de garantizar la pureza del producto químico.
El profesor comenta que tiene planes para construir un cifrado y validación en el sistema, como protección frente a usos o lotes cuestionables. Él cree que convertir los químicos en el laboratorio a su enfoque es un paso importante. «Quiero que vean que esto les ahorra tiempo y les permite construir nuevas moléculas», añadió.
Cronin cree que la combinación de planos digitales con kits impresos en 3D podría en última instancia, impulsar la medicina personalizada, reduciendo el costo de producir pequeñas cantidades de medicamentos específicos para pacientes específicos; alegando que la tecnología podría extenderse a un producto terminado.
«Podemos agregar fácilmente un módulo de formulación [para administrar el ingrediente activo en una tableta o líquido] y estos medicamentos específicos podrían fabricarse localmente en los laboratorios hospitalarios utilizando nuestro enfoque, aseguró. Significa que podemos hacer que la medicina sea aún más personalizada » acotó.
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